martes, 26 de noviembre de 2013

LLENEN SU VIDA DE COLOR


Los cabellos, los hay de todos los colores y formas: rojos, amarillos, negros, azules, rojos y amarillos, negros y amarillos. Y de todos los cortes, cepillo, cuchara, largo telenovela (con ondulaciones imposibles), largo escoba ( los que se dejan crecer y nunca se cortan, termina con las puntas  abiertas y tiesas como las cerdas de una escoba de paja) y, después, está el corte mujer mayor de 60: cortos con rizos permanentes o de rulos, escala de negro y grises habitualmente, o rubio dorado.

¿Qué pasa con la edad? ¿nos creemos acaso que hemos llegado a la residencia?, ¿van todas a la misma peluquería? porque parece que sean de donde sean, norte, sur, éste u oeste, el corte y textura de cierta mujer es universal. Creo que a las peluqueras les enseñan en la academia que a toda mujer mayor de 60 que entre por la puerta, corte estándar ,-le plantáis los rulos-les dirán,- les echáis tres litros de laca, y ¡ala, marchando!-. Y todas tan contentas. A partir de los 50 no existe la originalidad, ¿o sí?

Claro que sí, los 60,50, 20 ó 30 son la misma edad. Para la variedad y gusto no hay tiempo. Pero nuestras madres parecen haberlo asumido, y es que ellas lo buscan. Mi vecina, una mujer ya entrada en años, creo que tendrá unos 80, presumía el otro día de haber ido a la peluquería, y se notaba. Tenía el famoso gran rulo saliendo de las entradas, que mas bien parecía un tupé, todo ondulado y brillante.

-Me han hecho la permanente.

-¿Otra vez?-le contesté- ¿no te la hicieron hace dos meses?

-Ya ves hija-me dijo resignada- es que mi pelo no es como antes, se me cae al poco tiempo.

Y el color, que me decís del gris ceniza. Cuantas vueltas habré dado por las droguerías de medio pueblo buscando ese color para mi abuela.

Señoras, son guapas, hermosas, no tienen un rostro liso, pero sí bellas historias a sus espaldas, años de trabajo, de lucha, de vidas llenas de alegría y pesares.

No se resignen al negro o al gris. No son mayores, tienen más experiencia y eso pesa más. No renuncien al color, ni a los cortes que realmente les apetezca.

¿Por qué no llevar una melena con 80 años? ¿O mechas, o flequillo?. ¿Por qué vestir la vida de gris si aún están sintiendo?.

La vida es el azul de cielo, el verde de los campos, el color dorado del sol. Es la brisa de la mañana, los dulces de los domingos y los paseos al atardecer.

La vida es la sonrisa , el latido nervioso ante cualquier emoción. También es el dolor, claro que sí, de huesos, cervicales, lumbago, lo que quieran. Pero eso significan que están vivas. Disfruten al cien por cien todo el tiempo y no piensen en el final, porque desde que nacemos nos estamos muriendo. No hay edad para el fin, por eso hay que vivir cada día con esperanza y felicidad.

 Inunden de color sus vidas. Mírense al espejo y sonrían. Ha pasado un día más y están aquí. Otros no pueden decir lo mismo.

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